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El cóctel Negroni fue creado en Florencia entre 1919 y 1920 por el conde Camillo Negroni: en aquellos años el Conde solía acudir al aristocrático Caffè Casoni en via de' Tornabuoni y, cansado del típico americano, pidió al barman Fosco Scarselli que añadiera un poco de ginebra en lugar de soda, en honor a sus recientes viajes a Londres. Lo que para el Conde era "lo habitual" se convirtió para otros en "un americano al estilo del Conde Negroni" y por esta razón tomó su nombre. El cóctel se popularizó a partir de la década de 1950, primero en Italia y luego en todo el mundo, tanto que se mencionó en una de las novelas de la saga James Bond de Ian Fleming, Risiko, en la que el legendario agente 007 durante su estancia en la península pide, precisamente, un Negroni.

Los orígenes del cóctel se remontan a finales del siglo XIX, en la época de la guerra entre Estados Unidos y España: según algunas fuentes tras el hundimiento del buque Principal -en el puerto de La Habana- arribó un marino a una pequeña aldea cercana a Santiago de Cuba, específicamente en Daiquiri. Aquí, para saciar su sed, entró en una especie de choza utilizada como bar. Después de negarse a beber ron suave, obtuvo una adición de jugo de limón que ajustó con azúcar. Así nació el Daiquiri, uno de los cócteles favoritos del escritor Ernest Hemingway junto con el Mojito: “Mi Mojito en La Bodeguita, mi Daiquiri en La Floridita”.

Manhattan es un cóctel que ha estado en el centro de atención desde sus inicios: la leyenda dice que fue creado alrededor de 1870 en el "Manhattan Club" en Nueva York por Iain Marshall con motivo de la recepción organizada por Jennie Jerome (o Lady Randolph Churchill, madre de Winston Churchill) en honor al candidato presidencial Samuel J. Tilden. Su éxito hizo que la bebida estuviera muy de moda y llevó a la gente a preguntar, refiriéndose al bar donde se creó, el "Manhattan" precisamente. Gracias a un boca a boca muy rápido, el cóctel pronto se hizo muy popular incluso en Europa, probablemente ayudado por su nombre que representa una síntesis perfecta de la Gran Manzana encerrada en un vaso.

La categoría de sour es una de las más antiguas en la historia de la coctelería, de hecho se puede decir que representa el punto de partida para el arte de mezclar: el primero en codificar la receta fue de hecho el gran Jerry Thomas. Los agrios se basan en un equilibrio muy simple: una parte dulce (generalmente el jarabe de azúcar), una parte más amarga dada por el jugo de lima o limón y obviamente un destilado que le da carácter a la mezcla. Los aguardientes más utilizados en este tipo de preparación suelen ser el ron (Daiquiri), el bourbon, el vodka y la ginebra. El nombre Gin Sour, que obviamente se refiere a las notas ácidas del limón, puede ser engañoso porque este cóctel en realidad tiene un equilibrio perfecto dado por la unión entre la dulzura del azúcar, la acidez del limón y el sabor seco de la ginebra.

Milano Torino es un cóctel controvertido: nadie sabe realmente cuándo se creó, pero una de las versiones más populares es que se inventó para celebrar el nacimiento de la autopista A4 en 1932, aunque es más probable que se creara con el advenimiento. de la gran escuela italiana de mezclas. A principios del llamado "Siglo Corto" había pocos licores disponibles en los bares: los más famosos fueron sin duda el Vermú de Turín y el Campari de Milán. Combinando los dos se obtuvo el Milano Torino, preparado directamente en el vaso, con la adición de una piel de naranja.

La categoría sour es una de las más antiguas en la historia de los cócteles, de hecho, se puede decir que representa el punto de partida de la mixología: el primero en codificar la receta fue de hecho el gran Jerry Thomas. Los ácidos se basan en un equilibrio muy simple: una parte dulce (generalmente jarabe de azúcar), una parte más amarga aportada por el jugo de lima o limón y, por supuesto, un destilado que da carácter a la mezcla.  Los licores más utilizados en este tipo de preparación suelen ser el ron (Daiquiri), el bourbon, el vodka y la ginebra. El nombre Gin Sour, que obviamente se refiere a las notas ácidas de limón, puede ser engañoso porque este cóctel en realidad tiene un equilibrio perfecto otorgado por el dulce del azúcar, el limón agrio y el sabor seco de la ginebra.

Creado a principios de la década de 1990 por Julio Bermejo, este cóctel toma su nombre de un bar restaurante familiar de San Francisco, autoproclamado "el mejor bar de tequila del mundo". El Tommy's Margarita figura actualmente en las listas de cócteles de los locales más reputados y, a su vez, este pequeño restaurante familiar donde nació, se ha convertido en una meca para camareros y curiosos que quieren probarla. La diferencia con el cóctel Margarita clásico es la sustitución del triple seco por jarabe de agave, lo que potencia su sabor. No en vano, se extrae de una planta mexicana: el Agave Tequiliana Weber.

Gimlet es un cóctel que combina ginebra y jugo de lima. Una cita de 1928 dice: "ginebra, una pizca de limón y soda". La descripción de 1953 en la novela de Raymond Chandler "The Long Goodbye" declaró que "un gimlet real es mitad ginebra, mitad jugo de lima y nada más". Esta declaración va más en línea con las proporciones sugeridas por el Libro de Cócteles Savoy de 1930.  El origen del nombre es confuso: el más popular se refiere al cirujano Almirante Sir Thomas Gimlette de quien se dice que fue el primero en agregar jugo de lima a la ginebra diaria de sus hombres de la Royal Navy, para ayudarles a combatir el daño del escorbuto (enfermedad causada por deficiencia de vitamina C) durante las largas travesías marítimas.

La historia del Boulevardier comienza en el Harry's Bar de París, donde el histórico barman Harry McElhone creó este cóctel para Erskine Gwynne. Sería este último quien decretó su entrada en los libros de historia gracias a la mención en el interior de "Barflies and Cocktails" publicada en 1927. La fama de Erskine surgió por ser sobrino del magnate Alfred Vanderbilt y fundar una revista mensual llamada "Boulevardier". El nombre, que deriva de bulevar (calle, en francés), fue publicado en ese momento para definir a una persona callejera, en el sentido positivo del término.

Iconicamente rosa, el Cosmopolitan nace de la mano de Cheryl Cook, barman y propietaria de The Strand en Miami. Sus palabras expresan mejor que nadie el nacimiento de esta bebida: "Era alrededor del año 85, el Martini volvía a estar de moda con su clásico vaso. A las mujeres parecía no gustarles mucho el licor, pero sí ser vistas con la copa en la mano. De ahí mi idea de crear un cóctel que pudiera gustar a cualquiera y se adaptase a este tipo de vaso." Así que, seleccióné los ingredientes, Absolut Citron, una dosis de triple seco, una gota de Rose's Lime y mucho arándano para conseguir ese delicioso color rojo. En poco tiempo, el cóctel fue reseñado en la famosa revista Cosmopolitan y de ahí surgió la inspiración para el nombre.

 Se cree que el whisky sour fue creado por el inglés Elliott Stubb quién, habiendo desembarcado en el puerto de Iquique (en ese momento perteneciente al Estado del Perú) en el año 1872, abrió un bar. Experimentó con varios aperitivos llegando a mezclar el autóctono "limón de pica" con Whisky y azúcar, logrando una mezcla perfecta entre el estilo anglosajón y la fruta sudamericana. De hecho, este cóctel ya se menciona en el famoso libro de Jerry Thomas de 1862 "How to Mix Drinks: The Bon-vivant's Companion", aunque con una receta ligeramente diferente. El whisky sour, a pesar de tener alma de acero, es un cóctel envolvente y seductor, con un sabor preciso y claro, con aromas caramelizados y ahumados de bourbon que se refrescan con la carga aromática del limón.

Este toque clásico resulta evocador, tanto por su nombre como por su sabor. El cóctel nos transporta inmediatamente a un lugar tan inusual como mágico, un jardín de flores de la fría Rusia. El primer sorbo nos traslada no al eterno panorama del típico gélido invierno ruso, sino al justo momento en el cual, meses después de blanco y negro, Moscú se llena de color gracias a la breve pero intensa floración primaveral. Son precisamente las flores blancas de saúco, una planta mágica que florece entre marzo y abril, el ingrediente principal de este cóctel fresco, fragante y afrutado.

Este toque clásico combina elegantemente dos sabores antagónicos, la característica amargura del enebro y el dulce típico de las violetas. Las inconfundibles notas florales de los cogollos y pétalos violáceos se mezclan en las notas de acre de la ginebra, logrando un resultado equilibrado que hace que este cóctel sea adecuado para las más diversas ocasiones.Perfecto durante los largos y fríos meses de invierno para traer un aire de primavera y al mismo tiempo refrescante cuando se busca alivio durante las calurosas noches estivales.

Este cóctel combina con elegancia el sabor intenso y picante típico del bourbon, el dulzor de la vainilla y el elegante aroma del café. Es precisamente la vainilla la que, con su suavidad y dulzura, une a la perfección los aromas melosos y ligeramente ahumados de madera de roble con los tonos amargos y picantes del café.El resultado, un cóctel único y original con un aroma fresco de vainilla que, tan pronto como se degusta, deja una sensación de calidez en boca, causada tanto por el fuerte carácter del bourbon como por las notas robustas y tostadas del café.

Los orígenes de esta bebida son tan remotos que es complicado determinar quién fue su creador. Originalmente se llamaba Whiskey Cocktail, ya que expresaba la fórmula clásica establecida en 1806: destilado, azúcar, agua y amargo. A partir de 1870, con la disponibilidad de nuevos licores surgieron infinidad de combinaciones, lo que condujo a una rebelión de aquellos que sólo querían la vieja receta. De ahí lo de Old Fashioned. 

Prueba el Té-Sour de NIO Cócteles: T +, el licor de gusto cautivador, producido por completo en Italia, aporta a este sour una desconocida nota aromática y un caracter inconfundible. Mezclado artesanalmente en Italia, te lo enviamos a donde tú quieras listo para tomar, solo tienes que preocuparte del vaso y del hielo.